El autotransporte y el intermodal no compiten, se complementan. A través de la visión de Joss Romero, CEO de Multimodal Solutions Cargo, exploramos cómo esta alianza estratégica impulsa la eficiencia, la sostenibilidad y el crecimiento colaborativo en la cadena logística mexicana.
En la conversación logística de México, a menudo se ha planteado al autotransporte y al transporte intermodal como dos modelos que compiten. Sin embargo, la realidad operativa muestra que no solo se complementan: se necesitan mutuamente para que la cadena de suministro funcione con eficiencia, trazabilidad y continuidad.
Desde la experiencia de Joss Romero, CEO de Multimodal Solutions Cargo, el autotransporte representa el primer y el último eslabón de toda operación intermodal. Sin él, ningún contenedor podría iniciar ni concluir su recorrido.
“El primer contacto que tiene el cliente es con el operador del autotransporte, y el último contacto también es con él”, explica.
La idea de competencia entre ambos modos de transporte ha limitado el desarrollo del intermodalismo en México. De acuerdo con lo expresado por Joss Romero en una charla con Ruta T&T, el reto está en cambiar la percepción y formar alianzas.
El autotransporte no es un actor externo: es un aliado clave dentro del modelo puerta a puerta. Sin su participación, la eficiencia integral del servicio simplemente no sería posible.
Gran parte de las barreras provienen del desconocimiento. Existen mitos sobre su rentabilidad o sobre la idea de que el intermodal es solo para grandes corporativos. Sin embargo, Multimodal demuestra lo contrario: no hay cliente pequeño ni socio menor cuando se trata de construir soluciones logísticas.
El papel del Intermodal Marketing Company (IMC) es precisamente ese: desarrollar proveedores, brindar capacitación técnica y acompañar a los transportistas que desean incorporar arrastres de primera y última milla a su operación.
La transición requiere ajustes —desde la comprensión del tipo de carga, su embalaje y el trincado, hasta la distribución de peso dentro del contenedor—, pero cada paso técnico forma parte de un proceso que garantiza seguridad, eficiencia y sostenibilidad.
Sumarse al modelo intermodal no implica perder independencia, sino ganar estabilidad y rendimiento. El esquema en circuitos locales ofrece ventajas tanto operativas como humanas, al reducir el desgaste de las unidades, optimizar tiempos y recursos administrativos, y mejorar la calidad de vida de los operadores, quienes pueden regresar a casa con mayor frecuencia. Además, los transportistas que se integran a la red intermodal acceden a una operación más trazable, con mejor planeación y la posibilidad de diversificar su cartera de servicios.
Antes de convertir una ruta a intermodal, se analizan tres variables esenciales: origen, destino y tipo de producto. Con base en ello, se determina la viabilidad del servicio ferroviario y los ajustes necesarios en el embalaje, bloqueo y aseguramiento.
El objetivo no es “bajar costos”, sino hacer la logística más eficiente, segura y rentable para todos los involucrados.
Multimodal ha demostrado que el intermodalismo no está reservado a grandes flotas. Desde una línea con dos tractores hasta empresas consolidadas, todos pueden integrarse gradualmente.
El acompañamiento es constante: asesoría técnica, contactos con terminales, diseño de rutas y coordinación con ferrocarriles y clientes. La conexión intermodal se construye entre personas, equipos y empresas, no solo entre modos de transporte.
Aunque la infraestructura ferroviaria nacional sigue en desarrollo, la iniciativa privada ha impulsado corredores que fortalecen la red logística del país. El reto ahora es difundir, educar y conectar. Cada nueva ruta y cada transportista capacitado amplía la capacidad de respuesta del sector. La oportunidad está en crecer juntos, con visión colaborativa y compromiso técnico.
El crecimiento del intermodalismo no desplazará al autotransporte: lo fortalecerá. La conexión entre ambos modelos genera operaciones más eficientes, sostenibles y humanas, donde cada eslabón aporta valor y confianza. Porque al final, como señala Joss Romero,
“La conexión intermodal la hacemos las personas, las empresas y el trabajo de todos”.